jueves, 18 de febrero de 2010

ninth post, post noveno.


LA CELOSA (estampa)

En la acera de enfrente él habla por teléfono con una mujer newyorkina de voz sensual.
Ella se encuentra de rodillas en medio de la avenida. Los celos le carcomen las venas, y se jala sus cabellos rizados, rojizos. Grita con fuerza y su boca abierta parece tener un enjambre de abejas, locas por matar. Sus rodillas sangrantes ya tienen ámpulas, a causa del pavimento hirviente. Sus lágrimas parecen estar suspendidas eternamente en el aire, congeladas a pesar del Sol que arde su espalada y hombros. El semáforo en verde la mira con desconcierto, al igual que la gente que la rodea e intenta pararla. Sólo la observo, de adentro o de afuera. No sé. Pero creo que soy yo, reflejada en un charco de gasolina.

viernes, 5 de febrero de 2010

eigth post, post octavo.

Aquí una pequeña probadita de mi guión de largometraje, razón por la cual no he pelado mucho mi blog.



EXT. CARRETERA SELVÁTICA. NOCHE.

Un autobús nocturno avanza por una carretera, selvática y estrecha, a toda velocidad. La lluvia que cae es más densa que la misma noche.

INT. AUTOBUS. NOCHE.

El limpia-parabrisas se mueve de un lado a otro sin lograr aclarar la visión del CHOFER.

Los PASAJEROS duermen en sus asientos. Unos con su cabeza colgada hacia el pasillo, otros con las piernas estiradas de un asiento a otro.


Casi al fondo del autobús -a un lado del baño-, EUGENIO, un joven mexicano de 22 años, está despierto, pensativo, mirando por la ventana. Afuera la noche es tan oscura que parece boca de lobo.

Algunos relámpagos iluminan momentáneamente la densa selva que delimita la carretera.
EUGENIO escribe con su dedo sobre el vidrio empañado.

TEXTO:
María del Sol

Eugenio empieza a hablar consigo mismo en voz baja, casi susurrando. Cierra sus ojos, apretados, arrugando sus párpados. Respira hondo, y asustado, intenta convencerse de algo.

EUGENIO
Un beso, fue sólo un beso...

La voz de un niño que tararea la melodía de La Adelita desde otro asiento, saca a Eugenio de su introspección.

Eugenio, con mirada melancólica y un poco de miedo, como si esa tonada le recordara algo, continúa tarareando la melodía, a un ritmo lento, suave, casi como canción de cuna.


Un trueno ensordecedor interrumpe su canto.

Eugenio, nervioso, se acomoda en su asiento, abrochándose el cinturón de seguridad.
De un momento a otro se escuchan los gritos del CHOFER al perder control del autobús.

CHOFER
¡¡Con una chingada!!

EXT. CARRETERA SELVÁTICA. NOCHE.
El autobus derrapa alocadamente por la carretera. Se menea de lado a lado con fuerza.

INT. AUTOBUS. NOCHE.

Algunos PASAJEROS son arrojados de sus asientos al pasillo.


EUGENIO asustado se cubre la cara con sus brazos al azotar contra el asiento de enfrente.


Las bolsas de mano caen de los compartimentos superiores. Los pasajeros gritan asustados.

Desde la perspectiva de Eugenio, la velocidad normal de la vida baja drásticamente. Los pasajeros y las maletas vuelan por el aire. La imagen del desastre es lenta, casi poética.


El rechinar de las llantas hace que la velocidad de la vida vuelve violentamente a la normalidad.


La cabeza de Eugenio golpea con fuerza contra la ventana.


El autobús se voltea.