jueves, 18 de febrero de 2010

ninth post, post noveno.


LA CELOSA (estampa)

En la acera de enfrente él habla por teléfono con una mujer newyorkina de voz sensual.
Ella se encuentra de rodillas en medio de la avenida. Los celos le carcomen las venas, y se jala sus cabellos rizados, rojizos. Grita con fuerza y su boca abierta parece tener un enjambre de abejas, locas por matar. Sus rodillas sangrantes ya tienen ámpulas, a causa del pavimento hirviente. Sus lágrimas parecen estar suspendidas eternamente en el aire, congeladas a pesar del Sol que arde su espalada y hombros. El semáforo en verde la mira con desconcierto, al igual que la gente que la rodea e intenta pararla. Sólo la observo, de adentro o de afuera. No sé. Pero creo que soy yo, reflejada en un charco de gasolina.

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