martes, 20 de abril de 2010

forteenth post, post catorceavo.


Parece un rostro perfecto el que se asoma por el vidrio de esa cabina vieja de teléfono. Es un rostro pálido de mejillas rosadas. Ojos grandes, negros, ojos pispiretos, curiosos. Su exhalación empaña el vidrio. La marca no me permite ver su boca. La silueta que apenas se percibe, sugiere unos labios delgados, finos, rojos. Ella no habla por teléfono, en realidad parece como si estuviera escondida de alguien, juguetona, traviesa, a sus 24 años. Su ropa no coincide con la moda de las otras chicas que caminan por detrás de la cabina, de la mano con sus novios, fuera de foco, sin importancia. No, es ropa, como sacada del ropero de su abuela. Que sólo a la vista sugiere un olor a humedad, a guardado por años. Olor a experiencia, a edad. ¿Por qué será y qué hace ella allí? ¿De qué te escondes Amélie?

No hay comentarios: